Sobre el cine nacional

Son muchos los teóricos (repartidos por la inmensidad de la tierra) que concentran sus esfuerzos en encontrar esos elementos comunes y diferenciadores del cine creado en el interior de sus fronteras nacionales.


Se ha escrito mucho, porque las políticas (o quizá la legitimación de esas políticas) activas de conservación y estimulación de la marca específica de una nación se basan en los resultados de esas eruditas y concienzudas reflexiones.


Si puedo aportar algo sobre la teoría general de la cinematografía nacional, (después de dedicarle incontables horas al asunto) sobre la característica que hace de la producción de un país algo único en el mundo que refleja, define y es definido por la idiosincrasia particular y general de una población dada, e incluso sobre aquellos puntos en los que debemos fijarnos para discernir entre el cine de un estado y el cine de otro estado en un estudio comparativo es lo siguiente: 


¡Que os vayáis todos a la mierda!

No se enfaden, me explico: Los individuos que hacen cine quedan al margen de cuestiones nacionalistas (como no puede ser de otro modo) y el interés de la ciudadanía (el de toda, uno por uno) queda al margen de las políticas nacionales o nacionalizadoras (como no puede ser de otro modo). Añadámosle un mira niño que tengo aquí unas perras pa repartir y ya sabes a quién le va a tocar... si me doras la píldora como sabes... Y la ley cultural (?) e industrial de todos y cada uno de los ciudadanos se sanciona y es e jecutada para velar por intereses particulares... Y la casa sin barrer.

Pero claro, que como soy madrileño (y por inferencia de no sé qué absurdo gili-silogismo nacionalista cerntral) y encima no he sufrido a Franco, pues claro no entiendo lo que se siente al pertenecer a una nación oprimida y tal y cual y esto y lo otro y todo lo demás...

Pues eso, que sólo soy un ser humano, una persona, un individuo oprimido por la religión, la nación, la corporación, el partido, etc... y por eso, a todos los indignados por leer esta artículo, insisto en invitarles a acudir a la tierra prometida, abonada, eso si, con mierda.