jueves, 15 de diciembre de 2011

LOS GALGOS: manifiesto íntimo



Ya comenté que existen películas que son hitos que describen las peculiaridades de una época. Los Galgos es una de esas películas. Gabriel Azorín, Albaceteño, dirigió este cortometraje durante su aprendizaje en la escuela de Cine de la Comunidad de Madrid ECAM, poniendo ante nuestros sentidos un retrato de época y de generación con una pieza audiovisual cuasi experimental que manifiesta su talento.



Uno siente la tentación de tildar a Los Galgos de retrato generacional, Los Galgos está más cerca de ser un manifiesto. Azorín hablaba de declaración política. En realidad no llega a ese extremo, pero sí puedo asegurar que es una declaración de intenciones y una acción de ruptura con el cine (o sociedad) tradicional que hemos aprendido a crear en la escuela.

No es casualidad que esta cinta (este dcp) arranque con la revolución liberal Egipcia. No es casualidad que se rodase entre el 11 y el 15 de marzo. No es casualidad que se muestre a tres personajes apáticos, que buscan evasión en un mundo salvaje en el que no encajan y que no tiene apenas sentido. Ante ese mundo que no va a ningún lado, la no narración, los planos imperfectos, el desenfoque, la aleatoriedad, la frescura, la realidad captudurada dentro de la ficción, los actores no profesionales, el trabajo en equipo, la producción en guerrilla, el diseño de sonido... son los elementos que cimentarán el futuro. Un mundo nuevo y un cine nuevo.

Por supuesto, mi postura, completamente desengañada, no cree que estemos ante un apocalipsis, ni que las revoluciones o los nuevos movimientos sociales 2.0 traigan consigo ríos de leche y miel. Tampoco el cine independiente, el cine experimental o la no-ficción serán los salvadores mesiánicos de la gran plaga cinematográfica, esa basura creada para ganar dinero.

Notamos, aún así que Los Galgos plantea un deseo de cambio. Un atisbo de voluntad. Despertad, chicos, no os dejéis llevar... Levantáos y gritad ¡esta boca es mía! Si hay que temer algo, ese algo es ser una persona pasiva , el tipo de persona que mostramos en esta película... personas que no aportan nada. No esperéis a que pase, ¡haced que pase!

Las dudas que desde el ámbito institucional y académico despertó este proyecto nos estimuló a trabajar muy duro, a darle sentido, a bajar los pies a la tierra y a soñar... Nos reunimos, dimos explicaciones, lo hicimos comprender y por tanto lo comprendimos en un sentido profundo. Fuimos un equipo unido y leal. Hoy estoy seguro de que las instituciones y académicos se enorgullecen del trabajo. Un trabajo que tuvimos que sacar adelante contra viento y marea. A toda costa.

Pero amigos, el fin no justifica ni justificará los medios.

No sé si habrá nuevas versiones del cortometraje, con mayor duración. No sé si se moverá... No sé si se retomará el proyecto de largometraje que hubo en un momento dado... Supongo que mi trabajo acabó y el equipo se disolvió. Y vino a pasar lo que suele pasar después de las revoluciones: el desengaño. Porque amigos, la revolución no es el camino a un mundo mejor. El camino de un mundo mejor es mucho más profundo y mucho más complejo que todo eso. Pero qué sabré yo...

1 comentario:

  1. ¡¡¡POR LA LIBERACION DE LOS GALGOS, CON O SIN SUS CREADORES!

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