jueves, 3 de noviembre de 2011

EL ORGULLO DEL PRODUCTOR

Estoy más que saturado de leer críticas y comentarios sobre cine que enfocan todo su argumentario desde la óptica del director. Alguno incluso se digna a señalar alguna cualidad del guionista. Y sobre todo se dedican a ningunear a los productores. Pues bien a todos ellos les dirijo un cálido y sincero que os den, no tenéis ni pu*a idea.




Si algo tiene que ofrecer este blog es la satisfacción de una necesidad que quizá el lector interesado en el audiovisual no sabe todavía que necesita.

Esa necesidad es la evaluación de los proyectos audiovisuales desde una perspectiva que no se usa nunca: la amplia perspectiva de la producción. El productor como autor del proyecto. La visión completa desde el inicio al estreno de un proyecto audiovisual.


Sin productor no hay película. Sin director se puede terminar un film, ora, sin productor... es completamente imposible. No se puede concebir. El productor es la pieza clave, la piedra angular sobre la que se sostiene el proyecto. Si éste cae, se desploma el edificio de celuloide (o de unos y ceros).

También insistiré en que en muchas ocasiones, se identifican los errores con los productores y los aciertos con los directores. Permitan que puntualice que en muchas ocasiones es el productor la única persona juiciosa y cabal de todo el proyecto. Y sí, en muchas ocasiones es más sensible que los directores a los que dan trabajo. Es capaz de ver más allá.

Y si hablamos del productor total, hablamos del auténtico padre de la criatura, nada de directores. Los directores son meros técnicos contratados por sus virtudes... o vete tú a saber por qué.

El productor tiene la idea, encuentra la historia, y busca a los técnicos adecuados: busca al guionista ideal para su proyecto, busca al director perfecto para su proyecto, busca al montador que saque el mayor partido a las imágenes registradas... A actores, directores de arte, músicos, directores de foto, eléctricos, caracterizadores, sonidistas, diseñadores de vestuario, etc. El productor no es un técnico es el gran creativo. Luego distribuye ese trabajo creativo.
Y por qué negarlo, el productor es un empresario. Es responsable de proyectos muy costosos y quiere sacar partido de ello. Y no se llamen a engaño, salvo contados directores que no necesitan dinero pues son herederos de fortunas aristocráticas o burguesas, todos los directores quieren su parte del pastel artístico. Y cuando se habla de dinero, incluso para los directores (no a los aristócratas-burgueses), el arte pasa a segundo plano.

Y cuando los directores dicen: ningún productor entiende mi arte, voy a producirme yo mismo, y se metamorfosean en productores, al salir de sus crisálidas, su visión se amplía. Empiezan a ver todas las dificultades que entraña el audiovisual. Y sí, hacen sus películas, y sí, quieren amortizarlas en el mercado. Me da igual que sea en el mercado de autor, en las salas, en obras sociales o dónde sea. Pero quieren ver los euros.

Así que más respeto por los productores.

Y el que no esté de acuerdo que lo diga. Y con un razonamiento aceptable. por descontado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario