martes, 30 de marzo de 2010

CUADERNOS DE CINE. Salvar al Soldado Ryan, lecciones liberales (I)



¿Por qué no hablar de La Delgada Línea Roja?

Para empezar, por la frivolidad con que un culturetarra es capaz ventilarse de un plumazo Salvar al Soldado Ryan con un determinante tan falto de contenido -por un abuso de su uso- como lo es comercial. Creo que bien merece un análisis más profundo, porque lo tiene.

¿Qué tiene Salvar al Soldado Ryan? Pues su contenido, su discurso. ¿Y cual es éste? Normalmente una película de guerra le pedirá al individuo (considerado un medio) el sacrificio por su país, por su comunidad (cansiderada el fin). En esta película se invierte este discurso, y le ruega a la comunidad (un medio) que se sacrifique por el individuo (el fin). ¿Cómo si no puede racionalizarse el sacrificio de cinco hombres para salvar a uno solo?

Creo que el Capitán John Miller comprende el dilema antes de morir. Y James Francis Ryan, ya viejo, (y por eso son tan importantes su prólogo y su epílogo), pregunta al espejo de la comunidad, es decir, a su familia, si ha merecido la pena ese sacrificio, si ha llevado una vida digna, si ha sido un individuo bueno. Y el espejo de la comunidad, responde a Ryan (y al capitán Miller): míranos, claro que ha merecido la pena.


No ha pasado ni un día sin que Ryan piense en la responsabilidad con que ha sido otorgado por la comunidad, como individuo libre (véase la perspectiva de las tumbas dirigidas al viejo Ryan). Y es esa la razón del discurso de la carta enviada por el Jefe del Estado Mayor a la madre de Ryan ensalzando el sacrificio de tres de sus hijos en el altar de la libertad. Entiéndase, de la moderna libertad individual frente al comunitarismo más feroz representado, en este caso, por el totalitarismo nazional-socialista. Las banderas, en este caso representan ideales-medios más que una patria-fin.

La Delgada Línea Roja tiene personajes indivudales, que sufren por su sacrificio irracional por la comunidad, en contraste con el sufrimiento del sacrificio irracional por el individuo de la película de Spielberg, la cual está más acorde con los tiempo que corren que la de Malik, en cuanto a a mitología liberal se refiere. Porque en otras palabras, para Malik, los individuos, fines en sí mismos, se sacrifican por un medio, la comunidad, mientras que para Spielberg, sólo los fines en sí mismos podrían ser sacrificados por otro fin en sí mismo, pero jamás por un medio. Es una cuestión moral.


Por su contenido, Salvar al Soldado Ryan es un ejemplo explícito de cómo los valores de una comunidad modelan sus relatos épicos y míticos. Y que no se llame nadie a engaño. Hasta la película más independiente está estrechamente vinculada a los valores de su comunidad. Ya hablaremos de Doctor Zivagho, El Hombre que Mató a Liberty Balance o Lo Que Sé de Lola.

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